Me deslizo desde el
fondo,
hasta el principio.
Recorro tu cuerpo,
a pedazos.
Avergonzada y roja,
pero la noche es larga
y con las persianas
bajadas,
no ves mi mirada.
Tu lengua buscaba,
aunque en otro lado
posaras
las manos y el cuerpo,
querías que adivinara.
De tanto jugaba,
jugaba a otro juego,
no te encantaba
que a mí me gustaras.
No has entendido,
pero creo que lo has
visto,
que ahora te digo,
tú, mi favorito.
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