sábado, 24 de febrero de 2018

Callada

Desde la punta de tus dedos,
muy oscuro, pero lo siento,
desde la punta de tu vello
hasta el mío erizado.

Tu susurro en mi oído,
el silencio callado,
fue un grito profundo
que caló en lo más hondo.

Lo llevo esperando,
tanto, tanto,
cuando tus ojos posaron
sobre el abismo de los míos.

Lo siento,
es una chispa,
es un escalofrío,
me recorres el cuerpo.

Estoy callada, 
pero mis ojos hablan
y mis labios gritan:
¿por qué no me besas?

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